
Nuestra historia
Esperamos que nos conozcas (¡por algo estás invitado/a!), pero por si te perdiste alguna temporada de nuestra telenovela amorosa, aquí va un resumen exprés con risas, drama y amor del bueno.
Todo empezó en un agosto caluroso en Madrid. El destino (y Tinder) hizo su magia, hicimos match y decidimos quedar. ¿El resultado? Unas copas de más, una primera cita que acabó con vómitos (de ella), pedos (de él) y un cepillo de dientes regalado. Vamos, lo que viene siendo el comienzo de toda gran historia de amor moderna.
Pasaron unas semanas y entre mensajes intensitos y momentos bonitos, Josi se atrevió a decir que empezaba a sentir cosas. Y Rafa, demostrando su lado más poético, soltó la frase mítica:
“Llámame gilipollas, pero creo que te quiero.”
(Y ahí supimos que esto iba para largo).
Vinieron después las presentaciones familiares, un confinamiento en casas separadas y kilómetros de distancia, un piso alquilado en un barrio humilde (pero con encanto y un Alcampo y McDonald's al ladito), escapadas por el mundo, conciertos, dramas con las mudanzas, muchos kilos de amor en forma de paellas, sushi y salmorejos... y toneladas de recuerdos.
Seis años después, aquí estamos: con más canas, menos vergüenza y una ilusión tremenda de celebrar que, como diría Morat, somos la prueba de que existe el amor a primera vista… y a primera borrachera también.
Así que prepárate, porque esta boda va a ser como nuestra historia: inesperada, divertida y para recordar toda la vida.